Las agallas son esas extrusiones redondas que cuelgan de las hojas como si fueran frutos y que son la reacción del árbol ante la picadura en su hojas de diferentes tipos de avispas, aunque también de ácaros, moscas o escarabajos. Todos ellos depositan un huevo en algún lugar de la hoja. La larva que de él sale estimula químicamente los tejidos circundantes y estos se transforman en estructuras de variados aspectos y diversos colores.
El final del verano y principio del otoño es la época ideal para recolectarlas y observarlas. Un motivo mas para fijarse cuando caminemos por nuestros robledales o hayedos.
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